Os bañábais desnudos. Primera noche en Losar. Finales de marzo de 2010
“Ha sido muy bonito.
He disfrutado de todo ello
sentado en una piedra. “
De nuevo, un finde juntos. He llegado como de costumbre el viernes con mal tiempo. Comienza la Semana Santa, sobre todo para ti, que ya no vas al cole durante diez días. Así es que he llegado y hemos ido al Gante, como de costumbre también. El viernes ha pasado sin pena ni gloria sino fuera porque me tenías guardado tu regalo por el Día del Padre del pasado viernes. Así es que cuando llegué a casa, me diste un llavero color azul oscuro con la figura de un oso y tu nombre grabado. Es un llavero que huele a tinta y que está fabricado a mano. Eso por un lado y por el otro, una postal en amarillo donde hay escrita una poesía sencilla y en algunos huecos has completado con palabras escritas por ti. Así que esta es la primera vez que lo haces y ya sabes leer casi todo y escribir también. Estoy muy orgulloso contigo.
El sábado estuvimos en la finca por la mañana, tratando de quemar algunas ramas y luego, paseando por los alrededores. Más abajo, junto al arroyo, hay un terreno no cultivado, que acumula pasto y donde se ha estancado el agua. Después hemos ido a Talayuela, al parque de Los Pinos y antes a su cementerio. En el parque de Los Pinos apenas hay animales y nos hemos desilusionado un poco. Te has columpiado un poco y mientras hablaba con un señor, te he visto buscar en la mochila y abrir un libro: “Muchas vidas, muchos maestros “ de Brian Weis y que me prestó Maribel. Te ha caído un poco de baba en una página y al intentar quitarla , se ha roto un poco. Bueno, ha sido emocionante verte con un libro en las manos. Me gusta esa actitud. Luego hemos ido a comer a un lugar llamado “ El Refugio “ . Nos pusieron arroz a la cubana y merluza con patatas. Luego te comiste un helado y nos fuimos a Losar a dormir un poco la siesta. Bueno, tú te quedaste viendo dibujitos en la tele , en el sofá. Hemos ido por la tarde a Jarandilla, de nuevo al Gante y Raúl, el padre de Quique, me dijo que él estaba en una fiesta de cumpleaños en la calle Cáceres, donde viven los padres de Raúl y allí hemos ido, también con Luka. Así es que has jugado en la fiesta con otros niños.
Por la noche, en el Gante con Luka, pues están allí sus padres. Tanto es así, que al final se ha venido a Losar, contigo, los tres, a dormir allí. Tu sorpresa ha sido mayúscula y todo te parece emocionante. He abierto una cama abatible en el salón y allí os he acomodado. Mientras, os he puesto dibujos de la Abeja Maya, como los que veía yo cuando era pequeño y es lo único que tenía por ahí de vuestra edad. Habéis dormido juntos en la camita pequeña y yo, en la habitación, pero a media noche, os he oído hablar, así es que me he despertado y enseguida has aparecido en mi habitación pues te daba miedo la oscuridad. Luka se quedó en su sitio y estaba conforme, pero tú de pronto, me agarraste con fuerza y no te separaste de mí en toda la noche. Por la mañana, sobre las diez, nos hemos levantado y mientras véis los dibujos, os preparo leche con colacao y galletas.
Después y siguiendo la marcha, hemos ido a Jarandilla, a la finca. Trotáis por el campo, entre los terrenos arados y el día tan bueno y caluroso que hace, como dos cachorros. Caminando entre las fincas, por el lindero, hemos llegado hasta la garganta. Un lugar escondido que ya conocemos de otras veces. Asi es que os veo correr hacia el agua y me preguntas si podéis bañaros. Veo el tiempo que hace y apetece,pero el agua debe estar muy fría, así es que dudo, pero vosotros no y os quitáis la ropa corriendo para meteros en el agua. Alucino mirándoos sentado en una piedra, en manga corta, pero vosotros , adentrándoos en el cauce de la garganta. Incluso, os he lanzado hacia una pequeña hondonada que forma el cauce y donde la profundidad es mayor. Al salir del agua, camináis de piedra en piedra como dos perritos. Me he quedado tranquilo, observándoos y de paso, sintiendo el agua caer desde la montaña nevada aún hacia abajo. Es un ruido de vida y vosotros, desnudos, vosotros, dos críos, tan inocentes, con tan pura amistad… De vuelta, hemos parado a comer en la Abuela Polina con los padres de Luka y familiares. Me has dicho: “gracias , papá, por la noche “.
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