Deja que te adore. Carta desde mi celda
Deja que te adore en esta noche templada de un otoño que se resiste, que quiere pasar desapercibido en medio del mes de octubre,cálido, demasiado cálido para ser verdad. Quiero pensar en tí como mi alma grabada en unos árboles , en unas piedras que marqué el día que me naciste. Te llevo a la parte de mí que te engendró, a mi ser desdoblado. Te adoro, pero dentro de mí. Sin embargo luchas por ser quien serás, hijo mío. Ahora, en este tiempo-cueva, en esta solitaria habitación - refugio. Sueño con caminos, pero detengo mi vista en recuerdos y escenas. Soy mortal, demasiado mortal , pero contigo entiendo el valor de lo imperecedero y me cautiva. Quiero saber de tí. Esta noche gravito entre los recuerdos, las escenas de un presente que se repite, la noche dando vueltas a la misma escena..En mi habitación-refugio recuerdo tus frases sueltas, pero son mínimas migajas de tí en medio de un mundo de gestos impresionantes y seguros con los que me recibes. La vida, así, en un mundo de gestos, se desliza con suavidad. Quiero rebosarte de mí, pero nunca entiendo ese lenguaje tan sencillo. Soy bastante torpe,caigo en los mismos errores.
Esta noche quedo atrapado por tí. Me manejas con tu silencio y con tus gestos. Dormías detrás, en la sillita en el asiento de atrás en el coche de mamá.Ella paró para repostar en un área de servicio de la Autovía A-5, un lugar llamado La Pausa. Regresábamos de Madrid y concertamos para vernos allí. En otro coche viajaba la tía Corina y su jefa. Era un coche rojo, alquilado. Dormías aún cuando abrí la puerta trasera, pero enseguida te despertaste. Tu primer gesto fué abrir los brazos: - " Papá, papá ". No sabes los siglos que se me quedará ese gesto dentro. No sabes la memoria de un padre, a pesar de la distancia. Pero entenderás estas palabras algún día que tus prisas te dejen pararte delante de lo escrito. Te imagino en un mundo ocupado, ajetreado, busca, busca, imágenes, imágenes, solución.
Nunca voy a borrar lo que con gestos se escribe. No olvidaré tus brazos abiertos. No sabes lo que un padre puede necesitar de su hijo, cual es su alimento, su asidero, su luz, su sustento. Esta noche es tuya aunque mía.
Talavera, en la Base. 28 de octubre de 2009
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