Ha pasado Semana Santa. Antes de que llegaran los días de fiesta, yo te preguntaba: - ¿ Cuando vamos a ver al abuelo, Carlos ?. Y entoces tú me contestabas a tu manera y con tus palabras : - En Semana Santa. Ahora ya ha pasado y ayer por la tarde regresamos del pueblo, donde estuvimos con la familia tres días. El primo Toni fué tu mejor aliado. Y también el abuelo, al que no dudabas en reclamar sus atenciones. Jugabas con el primo todo el tiempo. Una tarde fuimos a las pistas deportivas que hay detrás del taller del abuelo: el primo, su amiga Pastora, tú y yo. Aún eres pequeño, pero quieres ponerte a su altura y lo consigues sin duda en ilusión y ganas. Te bajaste del coche con sus mismas energías, corrías detrás de la pelota, pero te ibas metiendo en los charcos que encontrabas, sin dejarte ninguno atrás. Han hecho unos días de mal tiempo, lluvia, frío. El viernes por la noche te llevé a la puerta de casa en Villaralto para que vieras a la Virgen entrar en la iglesia. El silencio reinante, las imágenes algo macabras, los colores lúgubres, los encapuchados nazarenos, te sobrecogieron y llorabas en mis brazos: - " No quiero verla, no quiero verla. ". Entonces tuve que llevarte a casa, entre sollozos y suspiros. El abuelo regaló un patinete al primo, un patinete metálico de dos ruedas. Nada más verlo, quisiste manejarlo tú también y te subías a la plataforma. Al principio, inexperto, caías y caías al suelo, pero después poco a poco fuiste cogiéndole el tranquillo. Ayer, domingo, fuímos a la finca de la tía Sacramento, en la carretera de Villanueva del Duque " Los Pizarros". Hay una casa grande y campo, mucho campo de encinas. Entre paja, una marrana ha parido lechones. Te le cogido en brazos para que los vieses , pero enseguida has pedido lo que más te gusta: una pala. Entre las herramientas del tío he encontrado algo parecido y también un rastrillo. Has estado trabajando con la arena y de aquí para allá. Luego llegó mamá, la tía Fabiana y la prima Anabel. Todos, encantados de tener cerca. El día anterior estuvimos en casa de la tia Fabiana. En el antiguo corral que vió mi niñez, quedan restos de lo antiguo: ese pozo, el antiguo habitáculo del retrete, la leña amontonada, el depósito de agua, el antiguo Wc. En un arcón antiguo, hay ropa guardada. Entre ella, hay ropa de cuando yo era pequeño, que mamá, la mía, trajo de Alemania. La tía ha sacado un gorrito blanco que te hemos colocado a tí y que te viene bien. Juegas mientras tanto con cosas que ves en el suelo. Te he hecho unas fotos. Montones de recuerdos se amontonan en poco espacio. Recuerdos , nostalgia, irremediable paso del tiempo. No quiero seguir. Juegas con el primo. Tomamos cerveza en "El Paisa". Te quedas fuera entre juegos con la pelota y con el patinete". Quieres probarlo todo. Me acerco a tí y me das con la mano, como alejándome. Me he puesto algo celoso. Entiéndeme. Vamos a casa. Mamá te dá de comer y te acuesta. Duermes con ella en la habitación de abajo. Yo arriba, en una camita estrecha.
lunes 14 de mayo de 2007
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