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feranza

La sexta pantalla

No hice nada para parar, no hice nada para dominarme. Me dejé llevar contigo a la emoción que desplegaste cuando conseguimos algo juntos. Era la sexta pantalla, la de tirar los bolos con obstáculos en la wii, en ese juego que nos entretuvo mientras llovía en la calle.

Me dejé llevar contigo. Te propuse una nueva manera de tirar la bola, a la izquierda, al borde de la canal, así fuerte, salvando por este lado el obstáculo.

Y cuando lo conseguiste: ¡ Lo hemos conseguido, ha sido milagroso, pero lo hemos conseguido! Gritábamos y gritábamos sin parar.

Vi tu cara abierta, tu boca sonriente, brillante, como tus ojos. Te noté lleno de júbilo como te lanzabas a mis brazos. Saltamos y gritábamos hasta caer sobre el sofá del salón.

Mamá nos reprendió, como suele siempre hacer, quizá por inercia, pero aún así saltamos y saltamos hasta el final.

Lo conseguimos tras varios intentos fracasados. Fue un triunfo que nos unió.

Todo el fin de semana, casi sin tregua, lloviendo y lloviendo. Hay una humedad en la zona impresionante, agua por todos lados y un verdor vivo. Los árboles comienzan a mostrar sus puntas verdes en los brotes, se pudren los restos del tabaco, florecen los prunus, algunos almendros, algunos cerezos.

El domingo te pude ver vestido de monaguillo en Santa María de la Torre. Te esperé en la calle con un paraguas. Fuimos a Lunares a comprar chuchas.

Agua, agua y más agua. Fin de semana líquido.

Talavera la Real, 11 de marzo de 2013

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