Día de tus 6 añitos y yo, en Badajoz
Ahora estarás con tus amigos en la emoción de tus seis añitos recién cumplidos.
Te puedo ver por la ventanita del deseo de estar junto a ti y por la neblina de la distancia, cogiendo chucherías de la mesa y rodeado de ruidos y fiesta.
Es un día inolvidable en tu carita de niño, en tu cuerpo disfrazado de héroe.Puedo verte en la distancia enemiga sin piedad, en esa distancia de la que han nacido muchas lágrimas e ilusiones. Puedo verte sin querer, imaginarte para salvarme de la profundidad, de la oscuridad, de la lágrima que está a punto de caer, de ese nudo que me aprisiona en la garganta.
Soy ese padre que sufre, que llora y que se golpea en las entrañas. Pero ahora, hijo mío, estarás contento subiéndote quizá a algún columpio, llenándote la boca de chocolate, meciéndote entre el ajetreado aire esparcido con tus juegos.
En cualquier rincón sientes la vida, abrazándote a ella como al lomo de una piedra. Sientes en tu cuerpo la dicha del beso y surcan ríos las aceras cuando lloras. Pero ahora eres ágil y verdadero como un pequeño felino, vestido de dinosaurio quiero imaginarte, mientras desde mi cristal de lluvia, torpemente, cojo el teléfono como en una agonía, como desde un satélite que quisiera alcanzar la tierra donde tú estás.
Felicidades, mi niño de vida, mi río , mi luz, mi llanto.
En mi piso de Juan Bautista Cámara, en Badajoz, 6 de octubre de 2010
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