Blogia
feranza

En Valencia

Hemos ido a Valencia desde Jarandilla con Maribel para pasar una semana con la familia. Piensas en el primo Toni y el primo Toni piensa en ti y a pesar de la diferencia de edad, hacéis buena pareja. Así que esta semana y a pesar de la dificultad de convivencia entre todos en el piso de la tía Sonia, hemos ido a pasarla juntos. En el camino paramos a comer en un restaurante de Ocaña. Nos acompañó Maribel, que se fue después para Motril en autobús.

Hemos ido a la playa de la Malvarrosa. Juegas tirando arena que coges bajo el agua, al primo. Te veo muy ajetreado removiendo el agua y entrando y saliendo. A veces, bajo mi sombrilla, te puedo ver cavando agujeros en la arena. Tu cuerpo es brillante y moreno. De vez en cuando, te veo jugar solo, alejarte unos instantes y luego volver.

La otra noche te quedaste dormido sobre unas sillas en una terraza. Es un lugar cerca del mar. Hace un calor sofocante como no se recuerda en décadas. Yo sostengo tu cabecita entre mis brazos y te veo medio dormido pensando y mirando al cielo. Esto me transmite una ternura indescriptible. No me ha gustado pegarte, pero he estado muy nervioso en el piso por los problemas de convivencia.

Fuimos a la Albufera y entraron dos peces dentro de la barca que nos llevaba dando un recorrido por los cañaverales. Hemos visto garzas y patos de diferentes tipos. Es un lugar impresionante, una laguna de escasa profundidad y llena de vida. Luego estuvimos en la playa de la Devesa, salvaje y desnuda entre pinares.

Con el primo visitamos el Palacio de las Artes y las Ciencias. Lo pasaste bien en un espacio para niños jugando a ser albañiles y construyendo tejados con ladrillos de espuma.

Duermes al lado el primo en una cama doble. Yo me quedo en la terraza  y cuando sale el sol me despierto por el calor. Pero tú sigues más tiempo allí, tendido, moreno y ya crecido, delgado, independiente, ágil.

La última noche fuimos todos a la playa y comimos bocadillo y bebimos cerveza. Te bañaste en esa agua oscura de la noche, sin temor, sin miedo, arrojándote por completo. Te he mirado con envidia.

 

0 comentarios