En la finca de Luka
Se suceden los fines de semana. El pasado estuve de nuevo contigo y fuimos el sábado a la finca de Luka, en la carretera de Navalmoral y luego a la derecha, por un camino pedregoso y un poco difícil para turismos. Así es que compartimos el día con él y sus padres. Mientras jugabas en todo ese entorno natural con él, te dejé hacer , mientras yo construía con tubos de hierros un comedero para las ovejas. Me entretengo en mi trabajo de soldadura con el padre de Luka y te veo de vez en cuando trajinar con tu amiguito. Habéis quemado pasto y Luka se ha asustado. Ha llegado diciendo : " Papá, la finca se está quemando ". Entonces hemos corrido todos al lugar del incendio, sin más consecuencias. Me arrebatásteis un mechero que tenía en el coche, en la puerta, y con él pegaste fuego. Luego lo tiraste al lado, entre la hierba y lo recuperé. Cuando te pedí una explicación me dijiste que había sido cosa de Luka " que te había obligado ". Bueno, son cosas que usas para defenderte.
A la hora de comer, hemos acudido a la casa. Nosotros, cesando en nuestra faena y vosotros en la vuestra. Y así toda la tarde de nuevo. Te veo aparecer, primer sin pantalones y luego mojados. Más tarde con unos de Luka y la ropa cambiada.
El domingo fuimos a dar un paseo con Quique. Como hacía buen día, paré en la garganta del Puente Parral y enseguida os quitásteis la ropa para bañaros. Es una gozada veros allí, en medio del agua cristalina, jugando y saltando. Cuando me meto en el agua, descalzándome, incluso me duelen las piernas del frío y ya ves, vosotros desnudos. Eso no importa. Es el sol quien os proteje.
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