Estas tardes...
Estoy en marzo, metido en marzo. Desde la ventana de la oficina, ya abierta para permitir la entrada de aire, puedo sentir la benevolencia del clima, de esta temperatura que te invita a todo. Tengo sueños de tarde y viajes, sueños de aventuras y me endulzo como puedo pensando en agradables gestas, en sonrientes experiencias soleadas. Culmino las mañanas entre esta pantalla, estas letras, estos números y cifras, este tedio a veces, repetido. Apenas consigo arrancar flecos de lucidez a esta balsa de aceite envenenado. Luego, la hora de comer, regreso a mi habitación y sus confines, como a una jaula. Marzo espiga, marzo oloroso por donde quiera que un paraguas de limonero te sorprenda. Camino con los ojos en un laberinto de fotos, paisajes y escenas. Camino con los ojos dentro de esa pretérita tarde de otoño, dentro de aquellas mañanas de abrigo de diciembre.
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