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feranza

POR SEGUIRTE


Para seguirte he dejado
lo más hondo que me pertenecía:
los caminos largos,
mis pies quebrados,
la fuente fría.

Para seguirte he dejado
lo más abierto que tenía:
la luna clara,
el sol redondo,
el mediodía.

Para ir contigo he dejado
el alma mía:
mi piel de aceite,
mi sueño de pueblos,
mi canción sencilla.

Y todo lo que me rodeaba:
el almendro, el olivo,
la higuera dulce,
el limón amargo
y la encina.

Para que no te fueras
yo mismo enterré,
bajo las piedras heladas
del amanecer,
el pan duro,
la vieja mochila
y mi ilusión
hecha a trocitos
de papel.


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