El viernes, dormimos juntos porque mamá se fué a trabajar al Centro de Salud de Jarandilla. Entonces, sobre las diez de la noche te fuiste quedando sin fuerzas y poco a poco dormido. De madrugada te puse junto a mí y de vez en cuando me tocabas la cara para comprobar que seguía a tu lado. Aunque pasamos una noche regular y como no supe donde estaban las almohadas, la pasamos con la cabeza baja, sobre el colchón. Cuando Chicho corre, te hace gracia y más aún cuando se pelea o gruñe. Entonces sueltas una carcajada que me despierta la ternura.
Poco a poco llega de nuevo la hora y entonces todo vuelve a ser cotidiano. Esta magia es limitada, pero tu alma continúa bendiciendo mis días.Te veo muy feliz esta tu segunda primavera y le estoy muy agradecido a tu mamá por todo esto. Es una mujer muy capaz y te está cuidando y educando muy bien.
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