CARTA A CARLOS. SEVILLA 4 JUNIO 2007
Un nuevo fin de semana contigo. Ya va haciendo calorcillo de junio y todos estamos en mangas cortas. Te he llevado desde Sevilla, una bañerita amarilla con soporte de hierro que encontré en la Barriada Tablada este otoño pasado y que tenía en casa. Es un cacharro grande, voluminoso, pero cuando lo viste en el coche, destacando con ese amarillo chillón, enseguida quisiste saber de qué se trataba. El caso es que lo coloqué en la terraza y llené con agua. Chorrea un poquito por un grifo que tiene y es necesario colocar debajo una cubeta para que caiga el agua. Hemos echado algunos juguetes de plástico y te hice un pequeño barquito de papel que duró poco tiempo, pues lo lanzaste al fondo del improvisado lago. Lo que tú querías es meterte dentro, que yá te vimos las intenciones, entonces te enfadaste porque mamá no te dejó. Allí quedo todo el tiempo hasta verle la utilidad. Hemos ido al parque, como es costumbre. Juegas con la arena y te sostienes de los brazos colgado sobre un columpio. Me dá casi miedo verte allí suspendido y que te puedas caer. Pero veo que dominas y me tranquilizo. Ahora llamas "mami " a mamá y "papi" a mí. Vas enlazando palabras y construyes frases poco a poco. Fuimos a dar un paseo por el camino de la ruta del Emperador. Está todo florecido, pero ya va haciendo calor y cuando llegamos a la garganta, bajo el puente, mamá te quitó los pantalones y quisiste meterte en el agua. Cuando probaste lo fría que está, te echaste atrás y a tirar piedras al agua que es lo tuyo. Jugamos a perseguirte en casa. Esto te pone nervioso. Yo digo : "te cojo, te cojo" y voy corriendo detrás tuya, bueno, corriendo no, más bien despacito hasta acorralarte. El que correr eres tú. Y te mueres de nervios y esto te hace reir.
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