Bajo las catalpas y los plátanos, corres sobre la hierba. Como se oye tu griterío y como al correr detrás de tí, casi al alcanzarte, te paras, riés, nervioso, tenso. Te echo sobre mis hombros y te llevo como un costal. Pero me apetece lanzarte así, arriba, de fondo de cielo. Bajo las catalpas pasas esos momentos felices de tu niñez. Un postre de yogur y helados, tu boca sucia, alrededor de los labios.
miércoles 29 de agosto de 2007
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