Navegan las hojas secas de los plátanos sobre el agua en corriente de la garganta. Hemos ido el sábado pasado al puente Parral, junto a las aguas que bajan de la sierra pelada y apenas con mojones de nieve. Allí, el sabado e incluso el domingo, con el tiempo cambiante y frio, hemos visto como navegan esas hojas pardas sobre el lomo de las aguas lisas y enérgicas. Te he dejado allí, recogiendo hojas que tirabas al agua y te reías, nos reíamos de verlas desaparecer en la hoguera espumosa de la corriente. Por las calles, las manchas de cualquier tipo, llaman tu atención y vamos deteniéndonos a cada paso para sacar un argumento: Papá, papá, eso quien lo ha hecho ? y yo te contesto: - Pues, los albañiles, un tractor, un coche, una señora. - Papá, papá, eso que es ? Y yo te voy dando una y otra explicación como puedo. Te afanas por descubrir y explicar una y otra cosa. Vamos juntos a la garganta y aunque hace frío, quieres quedarte un ratito más y me lo dices así: Un ratito más y luego nos vamos, vale, papá?. Yo te dejo,´¡ Cómo no iba a hacerlo !, a pesar de que arrecia el tiempo y es bueno cobijarse. Vas a buscar hojas y disfrutas viéndolas caer hacia abajo. Yo disfruto, viéndote en ese río de la vida que no se termina, que arrastra con sus aguas nuestro tiempo y continúa. Besitos, mi corazón, mi príncipe, niño de agua y camino.
martes 5 de febrero de 2008
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