EN TORNO AL AZNAITIN. 1997
Desde Córdoba y con la mochila pequeña al hombro, he ido andando hasta la estación de autobuses en la avenida de Medina Azahara. A las diez ha salido el autobús para Jaén. El día ha salido nublado, medio fresco y bochornoso. El itinerario ha cruzado pueblos como Bujalance, Cañete de las Torres, Torredonjimeno y Torredelcampo para luego meterse por las calles principales del centro de Jaén y llegar a la estación.
He ido a la oficina de Información y Turismo y de ahí, al Área de Turismo de la Diputación, cercana la catedral. Allí me han dado algo de información y me pusieron un sello que hubo que repetir.Espero el autobús que me llevará a Torres y mientras miro y hojeo mapas de la zona. Sierra Mágina es un parque natural que forma parte de la Subbética, en torno al cual hay una serie de pueblos. En el centro y como tres enormes vigías, el pico Mágina ( 2167 m ), más al noroeste el pico Cerro Cárceles ( 2052 m ) y al suroeste el Almadén ( 2032 m ). El territorio ocupa una extensión de 19.900 hectáreas, que conforman un espacio natural a escala humana. Antes de salir de la estación, he conocido a una chica de Málaga que trabaja de enfermera en la ciudad y que se llama Maribel. Estaba leyendo un libro de Gala: “Más allá del Jardín” y un perro amoroso la ha asustado al tocarla. Es un perro que enseguida que se le hace una caricia, se pone patas arriba para que lo sobes. Después de una breve conversación me ha dejado su dirección en Jaén. Trabaja en el Hospital Princesa de España en el quirófano. Desde el autobús, me ha vuelto a saludar y sonreir y luego se ha perdido en la penumbra de la estación.La carretera que va a Torres pasa por Mancha Real. El terreno se hace abrupto y predomina, en las zonas bajas, el olivar omnipresente. Sierra Mágina tiene aceite con denominación de origen. Torres aparece como un pueblo considerable, todo blanco, aunque sin llamar la atención y adaptándose al terreno con sus casas agrupadas. El autobús me ha dejado junto a un bar con terraza y sombra vegetal, bar Bolera y allí voy a parar para almorzar un bocadillo con cerveza y olivas. Después, una gente que estaba por allí, me han informado sobre los caminos y los lugares de interés paisajístico. Una chica que se llama Mónica me ha mostrado el camino que debo tomar para ir a Albanchez y atajar, pasando por la plaza de toros. Es un pequeño sendero que sale de la carretera y que discurre entre rocas. Hay pinares y huele muy bien. Mónica, que tiene 12 o 13 años, cuando se ha despedido de mí, se ha metido en la piscina. Torres es un pueblo con mucho agua y muchas fuentes. Fuente del Paseo, más arriba Fuente del Rosario, año 1924 con dos caños, dos pocetas pequeñitas y un pilar donde el agua se embalsa. Me he refrescado. Las fiestas del pueblo, con motivo del Santo San Marcos, son a mediados de septiembre. A mediados de mayo se recogen las cerezas, según me comentó Juan, un chavalote dispuesto a informar . La producción de cerezas está comiendo terreno a la aceituna. Por lo visto es más rentable. Se paga mejor y los trabajadores recolectores van por jornal. La industria está en Mancha Real. A parte de los cerezos, hay tambien algún almendro, pero sobre todo cerezos que a los siete u ocho años ya dan fruto y a no ser que caiga una mala lluvia o demasiado frío, se pierde menos que la aceituna..La torre tiene un hermoso reloj y son más de la cuatro. Me encuentro francamente bien en Torres, con sus pinares y sus fuentes, con sus calles empinadas y sus gentes. Estoy sentado ahora de pie, a la sombra de un árbol en la calle Jornaleros, quizá la más alta del pueblo con vecindario. He parado en la Fuente de San Francisco 12.8.1930. Desde La Muralla se puede ver la Sierra de Almadén, el pico Monteagudo, a la izquierda, la Silleta. Se puede ir a la Fuente Mayor por el carril a Cambil, por la Mata. Los ríos que nacen en la sierra van por la vertiente de Torres al Gil Moreno. Por el otro al Genil. Al reloj de Torres, que tiene arriba una campana de bronce de los años treinta, hay que darle cuerda a mano todos los días con una maroma gorda. Iglesia de Santo Domingo de Guzmán y anterior iglesia de San Marcos. Hay otra iglesia, la del Santo más pequeño y familiar. Foto del pueblo y la sierra al fondo. Es Torres cuna de Baltasar Garzón, famoso juez que aún vive y al que le han dedicado el nombre de una calle, al lado del Ayuntamiento. En la Fuente Pilar de la Cuesta, he llenado la cantimplora par iniciar el camino a Albanchez. Es agua fresca, apetecible. Atajo a la carretera que une Torres con Albanchez de Úbeda. Es un camino que se va estrechando de perfil ascendente y que luego se alllana para morir en la carretera. He cogido almendras. Vistas panorámicas preciosas. Airecillo perfumado de pino. Puerto Albanchez ( 1250 m ). He tomado un camino a la izquierda hasta La Serrezuela y un caminito que baja entre el monte Aznaitín y este núcleo. Sierra de los Castillejos, calizas en la bajada por los pinares, caballos sueltos. Un pastor me ha informado. Hay plantas aromáticas propias de la altitud. El Aznaitín alcanza los 1750 m. Por un camino polvoriento he llegado a Albanchez. Sorprende la altitud en la que está asentado su castillo reconstruido. He conocido a tres chicas que han editado un cuaderno sobre el pueblo. Luego me han acompañado y hemos intentado conseguir alojamiento sin éxito. Mientras, hemos hablado y les he dejado mi dirección para que me envíen la obra para leerla y de paso me han comentado sus proyectos e inquietudes. Pretenden fundar una cooperativa para construir un albergue pero tienen sus problemas económicos.
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