PARA MI AMIGO TOMÁS, QUE VI EN UNA CAMA DEL HOSPITAL
Su mano se fue,como un pájaro eléctrico,volando por los cielos,mirando hacia el suelo.Se la llevarondoce pájaros de plomo,doce pájaros que viajabancon el pico roto.Su mano queríacoger por el costado,las nubes blancasy sentir que sus dedoseran de nata.Lo miré de frente.Se cruzaron dos ángelescon la túnica destrozadadel humo de cárceles.Mi amigo quiso volarpor el lago de la noche,por los caminos azulesde aceitunas en sangre.Y descubrió de prontolas carpas azulesnadando hasta el fondode la cuna de las luces.Lo trajeron en blanco,las aves rapacescon gritos hirientesen cruces de cristales.Mi amigo tiene ahorael pecho de airey la mirada abiertacomo el vuelo del ave.Y lleva un reguerode tristeza en su sangrey penuria de nochescon velas de calambre.En Sevilla, 14 de abril de 1999, después de visitar a Tomás Vera con un brazo vendado y quemado por la electricidad
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