Carlos de mayo,eres el hijo que no renuncia,y en un gesto de decir "adiós"tras la puerta,quiere decir "ven".Ahora me asalta la emoción,ayer, cabizbajo en el ascensor,me entregaba de nuevoa los brazos de esa amantede uñas largas, que es la carretera.Dejar tu calor y tomar el frío volantey la larga espera.Pero mi recuerdo y el alma enterahecha jirones, me unen de nuevo a ti.No es mi cuerpo el que ahora te abrazay te eleva, pero sí mi infinita voluntadde quererte aún en el vacío,aún en esta soledad de calles apretadas,ciudadana, ¿ciudadana?.Naufrago en Sevilla un lunes más,arrastrando mis pies por toda la sala,mientras te quedaste en ese salón,metiendo los lápices en el enchufeo rompiendo las hojas de las margaritasde un manotazo.Ese parque que ahora quedó solitario,guarda para nuestra memoria,esos momentos juntos:yo te miraba desde lejos,te ibas adentrando en los juegoscomo un explorador,en la hierba, las papeleras, las piedras,la pelota, tus herramientas, el agua.Porque eres de agua, rey de los nacimientos,hijo del río, entregado a la corriente,sueño de mar, fruto de la ribera.Bendigo el día de tu semilla,de la germinación milagrosaentre la humedad de eneroen el cerco del río.Me entrego ahora a esta amantepeligrosa y taciturna de alquitrán.Esta amante de largos dedosque terminan en noche, en suspiros,en decadencia frente al volante de rutina.Cierro de nuevo la cremallerade otro fin de semana yque sueño con abrir de nuevo.Esa rueda continua que ahora me pesaaligero y vuelo cuando te encuentro.Niño mío, crece, crece y vuela.Sal de los campos y los ríos,solo para verter tu vidaa los grandes maresque nadie los detiene.Tu padre, Antonio.para Carlos, mi hijo en Jarandilla, Cáceres.Mi hijo de miel y aguaQUIEN NO LLORA“Quien no llora, no escribe.Quien no siente, no habla,Solo dice, solo miente”“Después de salir, corrí y huí”.“Huí de él.¿ Como ocultarlo?Pero él se quedó mirándomeY esperándome,Esperándome detrás de la puerta,Siempre detrás de la puerta,Delante de la carretera.PARA CARLOS, PRÍNCIPE DE LA VIDAReposo ahoraTras la saciedad,Que no hartura,Sino plenitud de ti.Criatura que vienes a decirme:- Aquí está el sol, míralo sobre mí,Nada más que sobre mí y eso es todo.Y ese amor que tú me entregas,Esa risa, esa gracia,Lleva un compromiso claro, evidente,De los que amáis con un soplo,Con un aire,Con un gesto envueltoEn un caudal de felicidad:- Somero río de llamas,Que conoció un alba,Oculta para mis fugas.Y naciste,¡ quién sabe de qué piedra,sobre qué brizna amarillenta,bajo qué pétalo!,para decirme, conducirme, convencerme,que tendrás siempre un espaciopara tu corazón ,que ya en tu ternura,apenas te cabe.Y solo se desquitaCuando rompes en griterío,Por encima de tu pecho.Y entregas,Te tiras al suelo,Coges una piedra, dos,Una rama, otra,Un palo, más.Y encuentras en esta materia,Juego permanente .Y amas, amas hijo mío,Hasta en las aguas profundas,Que tras la tormenta,Se esconden bajo la tierra.Yo te quiero, pero tú amas,Con esa imagen,Bajo el cielo que tu mirada domina.Ya tan sabio, ya tan fuerte,Que siempre me veo lejos,Lejos, huyendo,Huyéndote,Refugiándome de ese sol,Tan grande que tú eres.
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