ABRIL DE 2008: GUITARVERA. ANA Y LOLA
Recuerdo con alegría y fascinación, con magia del pasado y al mismo tiempo con infinita emoción, aquellos momentos del fin de semana:Llegué el jueves, un día antes por ser festivo en Sevilla con motivo de la feria, que este año no pisé. Llegué en una tarde lluviosa y fresca, oliendo a primavera desde el principio y aún húmeda. Estabas, como ahora de costumbre, en el bar Sopetrán con Carla, Tere y Miguel. Allí hay un espacio para ti. El viernes, mamá se marchó hasta el sábado a Badajoz, por razones de su trabajo y nos quedamos los dos solitos. Tras la siesta fuimos a Losar, a la Plaza del Pilón, donde nos esperaban Ana y Lola, de Campanario ( Badajoz ). Ana es una señora ya madura a la que conocí junto a Lola en la reforestación en febrero en Valencia de Alcántara. Lola tiene 10 años y desde hace casi 2 viven juntas. Lola es una niña que tuvo una primera infancia difícil, pues sus padres están en la cárcel y ella fue acogida por la que ahora es su madre, aunque de vez en cuando y de manera periódica, van a la cárcel de Madrid para ver a sus padres biológicos. Ahora es una niña alegre, ágil y noble. Hemos ido a caminar un poco antes de que se hiciera de noche, hacia la garganta por el camino que sale justo enfrente del piso. Hemos caminado justo hasta la mitad más o menos, hasta llegar a la fuente y luego volver. Enseguida habéis sintonizado Lola y tú. Cogéis flores y ramas de la cuneta, mientras Ana y yo os miramos, nos alegramos y hablamos. Cogéis flores de colores: lilas, blancos, amarillos y rojos. Todo está exuberante con las últimas lluvias y hay una sensación de salubridad que nos llega hondo. A la vuelta hemos ido al piso, se han quedado allí y nosotros a casa para cenar y dormir. Hemos dormido juntos en la cama grande, después de rescatarte con los ojillos cerrados y los labios rosas del sofá. Juntos en la cama y gran parte de la noche con la luz encendida porque te daba miedo. El sábado hemos desayunado y acudido a la cita en Losar con ellas. Fuimos a dar una vuelta a Valverde y descubrimos una fiesta popular: Guitarvera. Actuaciones de grupos de folclore y ambiente en la plaza. Te escondes detrás de los coches con Lola para darnos un susto. Saltas sobre un escenario de maderas en la plaza de Villanueva, ruedas por el suelo, mojas el camión de juguete en los regueros de la calle, encuentras un poco de arena donde jugar, algo que recoger, algún bichito pequeño que llamó tu atención y entonces preguntas: ¿ que es esto?. Hemos comprado helados. Coges uno, apenas lo saboreas y se te cae al suelo. Corre por la calle un reguero de agua hacia las afueras. Ana te ha montado en un burro, mientras voy a dejar a Chicho en el coche. Hemos pasado un buen rato, comiendo dulces caseros y bebiendo vino del lugar ( tu, zumo ) y luego hemos ido a Villanueva y a comer al lado de la Garganta del Diablo. Parecemos una familia. Te vas fijando en todo y correteas y juegas cuando puedes. Te veo mancharte las mangas de fresa y de barro y nada me importa. Te veo jugar y voy a tu lado. Quisiera meterme en tus juegos, pero son tuyos, son tu historia. Quisiera adornarte por dentro con flores y pellizcos, pero ese cuerpo que te cobija y este tiempo, te pertenecen. Te pertenecen, hijo mío, estos momentos que nos regalas. Juegas en los pasillos de la Vera, bajo sus bosques, junto a sus aguas que ahora se arrojan como un cántaro abierto buscando el Tiétar. Es un combustible inagotable tu mirada, tu caminar inquieto, cantando canciones de navidad y haciendo reir al que pasa. Llegó mamá por la tarde un tanto aturdida y enfadada, un tanto agobiada. He ido a dormir a Losar con Lola y Ana en el salón. He compartido mi primera noche con alguien, con esa niña que ahora es esperanza. Al día siguiente, domingo por la mañana, fuimos de nuevo a Villanueva y comimos tasajo de cabra en la plaza Aniceto Marinas y fuimos a ver a esos grupos de los pueblos que cantaban y bailaban dando vueltas en sus danzas populares con trajes de colores. Casi llueve, casi, pero no. Hemos comido a la salida de Villanueva en dirección a Valverde, frente a un parquecito. Como siempre, la comida es secundaria para ti y atiendes más al juego y al refresco. Volátil como tú solo sabes ser, ingrávido, pajarillo de luz. .
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