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feranza

Comunión de Toni en Valencia

Media el mes de mayo. El diecisiete, anteayer, Toni, el primo Toni, hizo la comunión. Fuimos allí, a Valencia. Yo te encontré en su casa en la casa de mi hermana, Calle Lirio  nº 9, trasteando en el sofá con la tele y la nintendo. Mamá te compró una en Valencia. Ahora manejas ya estos trastos informáticos. LLegué a Valencia desde Madrid, donde dejé el coche, al ladito de museo del Prado. Cogí un tren Alaris y me dejó en la Estación del Norte de Valencia. Dí un paseo hasta la Avenida del Puerto, pasando el puente de Aragón y enseguida llegué a casa. El abuelo llegó por la tarde con el tío Eduardo y Verónica. Ellos vinieron en coche desde Córdoba y tú con mamá en avión desde Madrid. Fuimos a la playa antes de que llegaran ellos, con la hija de Toni y su marido Luis. Allí, vosotros, los niños, jugando con la arena, con el borde espumoso del agua, con el agua, con los agujeros, con todo. Desnudos, embarrados, sucios, pero naturales, niños, espontáneos.. niños, niños, limpieza, limpieza por dentro. Yo iba fotografiándolo todo a mi paso. LLegó el abuelo, el tío, Vero. Cenamos, televisión, visita. Allí estás tú, camisita roja, pantalón crema, zapatos con la punta desgastada.

El día siguiente, el domingo 17, la comunión. Trajín en la casa. Con el abuelo fuí a dar un paseo al barrio de Nazaret, donde nació la abuela Pepi ( qué raro se me hace decirle abuela a una mujer que siempre fué madre, claro, madre y ya, nada más, como parentesco, eso sí, pues mujer, muy mujer, muy buscadora, pero de las de verdad, buscadora por dentro, sin moverse de su casa, su entorno: toda búsqueda está dentro de uno mismo y ella sí que sabía de eso. En silencio, con la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo, austera pero sin menoscabar feminidad, maternal, pero sin dependencia, comprometida, independiente...). Calle Parque en Nazaret. El abuelo se acuerda de vivencias, de escenas pasadas, de cómo era todo antes.La casa, casi original, pero retocada un poco. El barrio, mezcla de épocas, esas casas, esas plazas, rincones, barrio al borde del mar, ahora del puerto.

La comunión, bar - restaurante Los Angeles, en la zona arrocera de El Palmar. Todos en la mesa. Para vosotros, otra pequeña. Te veo jugar con las copas de coca cola, con la comida. Amenizaba un mago con un enorme sombrero de globos entrelazados. Había juegos, diversión, movimiento. Fuera, una barca varada en la orilla de los arrozales era un buen lugar de encuentro. Entrábais hasta los primeros lodos del arrozal, tu carita manchada de barro, los pantalones blancos....jeje, que bueno, esos zapatos.. Tan deprisa te reñimos como te desenlazas de nuestros brazos y sigues con tu exploración del territorio.

He salido el lunes por la tarde. Sonia me condujo a la parada del metro Serrerías, bocadillos en mochila de jamón y tomate, agua mineral, zumo con leche. Te quedaste con mami, con los tíos, en la playa frente al hotel de Las Arenas, reformado, grandioso, de lujo. Subimos a una red de cuerdas con forma de pirámide y un tubo en medio. Te dió un poco de miedo al comprobar que se balanceaban las sogas con mi peso.

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