Blogia
feranza

En Chiclana y sus playas

Aprovechando el puente del 1 de mayo, fuiste con mamá, tía Corina y tío Mircea a una casita rural cerquita de Chiclana. Esto fué el día 30 de abril. El lugar se llama "La Casita Azul" Desde Badajoz, ya de noche, pues paré en Sevilla, llegué yo. En este lugar hay espacio para corretear. Ahora estás jugando con cromos de plástico y fichas de colores. Nos vamos a la playa de la Barrosa, correteas por la orilla, poco a poco te vas metiendo en el agua, jugando con esa orilla espumosa, con esos charquitos que se producen cuando el agua regresa... Te veo saltar, gritar, feliz. Voy llenándome de tí, incapaz de seguirte, pero animado al fin, viéndote. Tú tras el agua,yo tras tu ilusión, metido en ella, amándote bien, desde cerquita, pero no encima. Te vigilamos para que no te vayas, para que no te escapes de nuestro campo visual, aunque a veces te alejas con ese cuerpecito entre la gente, entre las piernas de los adultos que recorren la orilla. A la vuelta hemos comido en un restaurante en la carretera del Pago del Humo. Nos vamos a dormir la siesta, hacemos los deberes de la escuela. Son fichas para rellenar con dibujos o bien completar los perfiles de las letras con rotulador o cera. En un hormiguero hemos echado pan. Hay una perrita que se llama Frida y un perro que se llama Fidel, ambos bodegueros, como Chicho. La perrita tiene a su cargo seis cachorros, dentro de una jaula y la pobre se pasa el día moviendo la cola y pidiendo comida. El sábado amaneció con levante y las horas siguientes, un viento muy fuerte se apoderó de todo. Nos acercamos a la playa, pero era imposible bañarse, pues había como tormenta de arena. Tú te pusiste muy triste, pero la arena te hace daño y nos hemos ido. Con los tíos estuvimos también en Chiclana, cenando. El domingo, es decir, ayer, nos fuimos a Cádiz, buscando el amparo de la playa de La Caleta y en parte lo encontramos. Al menos allí hace menos viento, pero hace. Te metiste en el agua, deseoso de hacerlo. Hay montones de conchas en el suelo. He hecho un agujero con tu pala de plástico. Un pequeño foso donde metes tus piernas y te cubro hasta los  muslos con arena. El sol pega con fuerza. Nos metimos en la ciudad, en el barrio del Mentidero, en la plaza Mina, donde comimos en un lugar llamado el Templete, dentro. En la tele, el campeonato mundial de motos en Jerez. Corina y el tío están allí. Nosotros, mientras, disfrutamos del paseo y ahora de estos momentos.Te sales a la calle, apenas hay tráfico. Un jaleo inmenso cubre la plaza, gentes de domingo, turistas. Comemos choco, merluza, almejas ( que te gustan mucho ) Luego, por supuesto, helado para tí.  Dejamos Cádiz, tú en nuestros brazos por el cansancio, para regresar a la Casa Azul. Después de la siesta me fuí.

Me gusta cuando me abrazas fuerte, cuando quieres hacerlo, cuando la totalidad de tus brazos se agarran a mi cuerpo apresándolo. Y entonces mi cuerpo, atenazado por ellos, se apresura a gozar de este momento irrepetible y efímero. Pues tus brazos me abrazan como un regalo, pues ello han nacido para tí y tu libertad, para coger las cosas que te gustan, para taparte los oídos mientras duermes, para meter tus manos en el agua, para tirar los tazos al suelo, para romper servilletas y echar los trozos por la ventana de atrás. Entonces, cuando tus brazos me aprisionan siento un goce que no se parece a nada, inmenso, cristalino, amor.

Talavera la Real, 4 de mayo 2009

0 comentarios