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feranza

SEPTIMO DÍA: 12 DE AGOSTO.

ARBUNIEL – MONTEJÍCAR –
DOMINGO PÉREZ – IZNALLOZ


A las ocho y media de la mañana he salido de Arbuniel. He tomado café en el Hogar del Pensionista y dulce con chocolate.
Carretera a Montejícar. Primero olivos y almendros y luego bosque mediterráneo. Subida y llaneo. Silenciosa la mañana. Pasado el kilómetro tres, ha parado un camión de Huelma con idea de subirme. Se lo he agradecido, pero he seguido andando.


Al pasar un puente, un poco más adelante y a la derecha, en una curva sale un camino que he tomado en principio, pero he tenido que retornar pues se pierde entre olivos y desaparece. Carretera de nuevo entre subidas y bajadas.Pasado el kilómetro siete, terreno de girasoles a mi derecha. Cruce de Huelma a la izquierda, 9 kmts.


He pasado una curva y se ven al fondo las cumbres de Sierra Nevada. Impresionante. Calima sobre Granada. He llegado a Montejícar. Pequeño polígono industrial. Talleres Bazán.


Ya en Montejícar, calle Virgen de la Cabeza, C.P. San Andrés y Casa Cuartel de la Guardia Civil, con su típico edificio.
Plaza de la Constitución con los preparativos de la feria que comienza el jueves día 15. He bebido agua de la fuente y llenado la cantimplora. C / Plaza y C/ Justicia. Iglesia de San Andrés, misa de difunto. Por dentro, el cura recuerda al finado y todo está en silencio. La iglesia posee gran retablo y todo blanca. Fuera, un montón de hombres hablan de lo suyo. Va saliendo la gente fuera. Un perro ladra molestando. La torre está desgastada. Los sillares han sufrido el empuje del viento de poniente. Ha sido restaurada recientemente. Sobre un pedestal había una cruz que ya no está. El personal acompaña al coche fúnebre.He entrado en el Ayuntamiento para pedir información y en el hogar para personas mayores, para tomarme un café con dulce. El Hogar para personas mayores está al lado del consultorio. La chica que lo atiende habla con ceceo. Le he echado un piropo un poco antes de irme, para no comprometer a nadie. Los viejos juegan a las cartas en grupo. Se está a gusto y hay aire acondicionado. Calle Álamos para salir hacia la carretera a Domingo Pérez. Cruza la calle Amargura.


Cuando estaba a punto de abandonar el pueblo, un señor me ha parado con la curiosidad de hablar conmigo. Me ha admirado y yo a él. Por momentos me he sentido filántropo. He acortado por un camino hasta la gasolinera, donde he mojado el pelo y la gorra. Terreno de olivos, pedregoso y arado. Cultivo de cereal ya segado
Por la carretera de Montejícar a Domingo Pérez. Un chico pinta sobre un caballete el Alto de Coloma. No es muy hablador y parece que lo que quiere es que lo dejen tranquilo. Tiene gorra, gafas y perilla rubia. Parece extranjero.Ha pasado un coche con un girasol pillado en el cristal de la ventanilla. Queda muy artístico. Camino en dirección a las montañas. Campos de girasoles, todos agachados como frailes. He hecho una foto que se llamará: “Resignación”. A la izquierda queda el cortijo Mosquera. Hacia abajo, a dos kilómetros y medio, Cotilfar. He seguido por carretera aguantando el calor del mediodía. He llegado a Domingo Pérez sobre las dos de la tarde colándome en el primer bar que he visto nada más pasar el puente a la izquierda: Bar La Nave, antigua vaqueriza. He tomado cerveza, calamares y ensalada. El chico ha aparecido con una fuente de lechuga y pepino tapada por calamares fritos y otra cerveza. Mientras como con hambre, frente a mí, un señor joven acompaña a una mujer joven también al servicio porque apenas puede andar. Sus piernas son finas y su cuerpo también. He entristecido con la mirada del hombre, una mirada desconsolada, de sufrir en silencio. En ese momento me he sentido descaradamente afortunado, saliendo a caminar a las ocho de la mañana y pegándome todo el día paso a paso con mi mochila al hombro como si nada. Después de comer se me ha hecho un nudo en la garganta y para consolarme he escrito un poco detrás de los planos.


Hago tiempo para esperar a que pasen las horas de más calor. Un señor me ha indicado el camino hacia Iznalloz, pasando el cortijo Terre, siguiendo la carretera. He salido sobre las cuatro y media de la tarde. Subida al principio, cruce para Dehesas Viejas. He tomado a la izquierda por la C.N. 325 hacia Iznalloz. Sale un camino a la izquierda para Casa Nueva por carretera, pero sigo recto, solo en la carretera. A las cinco y media se ha parado un hombre de los que estaban en el bar con la intención de llevarme al cortijo Terre, pero he rechazado la oferta; me encuentro bien. Este cortijo, queda a la derecha de la carretera y a unos trescientos metros. Me refresqué, bebí agua al lado de un pilar y con información sobre el camino que ataja entre pinares y pastizales. Un perro grande me acompaña un ratito y su dueño tuvo que ponerse brusco, llamándole a gritos para que regresara. Se pueden ver perdices y su canto entre los olivares. Al fondo, la sierra. El camino está entretenido con algo de bosque y matorral y muere en carretera. Hay que tomar a la derecha y eso he hecho. A la izquierda queda el cortijo Marialonso y más adelante sale el camino para el cortijo Escalona. Me he metido en una planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos, casi en el cruce con la carretera nacional Estepa - Guadix y que pasa por Iznalloz. Huele muy mal a basura, como es de entender. No me han podido dar agua. Al llegar al cruce, he caminado al lado de la carretera tomando a la derecha y caminando por el margen izquierdo, por la antigua carretera. Hay un tráfico terrible y tengo que caminar por el arcén sin remedio. He llegado a la altura del cruce con Iznalloz y caminado otro tramo de unos dos kilómetros entre campos de girasol. Nuevo cruce a la izquierda. He pasado por un puente sobre la vía del tren y los cultivos. Abajo se ve la estación de ferrocarril y las vías.


Subo el paseo y me paro a refrescarme y beber en la fuente Escuela Taller 1998. He subido la calle y preguntado para dormir. Me han indicado un lugar: casa La Rosita, subiendo aún más arriba. Un señor mayor y que según dice ya se ha visto algunas veces en mi pellejo, me acompaña, pero a mi pesar está llena la pensión. Hay albergue en Sierra Arana “El Sotillo”, a siete u ocho kilómetros del pueblo en cuesta. Así es que he buscado el teléfono en el ayuntamiento y llamado, pero no me ha convencido. Desesperado, he buscado la iglesia como alternativa, pero el cura no está en su casa. Hay muchos gitanos en Iznalloz. He parado un coche de la Guardia Civil y me he identificado. Me han llevado hasta el Hostal La Nava, en la carretera de Granada. Veintiún euros la habitación ( nº 211 ).

 

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