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feranza

Octubre 2006. LLUVIA

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Siempre en constante espera. LLuvia que no llegabas. Ahora soy un espectador en mi ventana de este diluvio que me deleitas. LLuvia en Sevilla, siempre coloreas, siempre decoras con tu presencia, nuestra alma.
Estoy sentado en mi oficina, rodeado de ordenadores y muebles grises. Miro mis plantas : alguna siente ya el otoño, como ese arbolito pequeño que suelta unas hojitas pequeñas, como corazoncitos. Ese arbolito de esquina, que un día con suerte alimentará en sus ramas, un torbellino de pajarillo y vida en sus sombras durante el verano. O como esos pimientitos naranjas, maduros ya o ese olivito que parece no crecer nunca y que se asoma ahora a la ventana sintiendo las caricias de la lluvia enamorada. Tengo en mi oficina, un photo que se eleva por la pared, sobre los azulejos verdes, que quiere alcanzar su techo. Su crecimiento se extiende por unas cuerdecitas que le coloqué. Es espléndido verlo trepar y alzarse.


Sigue lloviendo. Los coches pasan salpicando por la avenida y amarillea el plátano junto a la ventana. Sigue lloviendo y en mi alma germinan pensamientos y recuerdos. El cielo está techando la ciudad de plomo.



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