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feranza

EN BADAJOZ, TALAVERA LA REAL. SEPTIEMBRE 2008

Han pasado algunos meses. Muchas cosas por medio. Ahora es septiembre. En verano, en julio, mientras compartíamos tiempo en las mañanas calurosas de julio dentro de la piscina infantil de Jarandilla, recién estrenada, en el Boletín del Ministerio de Defensa, salía publicada una vacante para Talavera la Real. Era el día 9 de julio, pero yo estaba contigo de vacaciones en una de esas mañanas calurosas, algo tediosas, viéndote saltar y volar sobre la piscina con los manguitos. Fueron quince días continuados y al volver a la Enfermería, repasé los boletines de los días que había estado ausente. Para mi sorpresa, ví publicada la vacante, junto con otra en Salamanca y observé casi con pavor, que el plazo de presentación de instancias, había pasado ya. Subí las escaleras hacia la segunda planta en busca del Capitán Vega, encargado del negociado de personal y con una mirada de desesperación, le rogué que viera la posibilidad de solicitar la vacante. A veces la vida, el destino, el azar, no lo sé bien, te conduce donde quiere, en el momento preciso. Acabo de terminar la carrera de Maestro de Educación Especial. Una compañera me informó de los resultados de las últimas notas y con ello, concluí un largo camino de más de 13 años de estudios, interrumpidos, jalonados con sucesos, pero concluidos al fin.  Tras esto, llegó esa vacante, esa posibilidd de cambiar de lugar de trabajo, de vida, de estar más cerca de ti.  Un error en la publicación de las vacantes. Un error cometido quizá por algún funcionario despistado o quien sabe por qué motivo oculto, intencionado, mágico, secreto, hizo que el plazo de presentación de vacantes se prorrogara por tres días más y justo fue cuando pude solicitarla. Podía haber salido todo de otro modo, podía haber disfrutado el mes de vacaciones de manera continuada y nada de esto hubiera sucedido. Pero el destino se impuso y ahora estoy en Talavera la Real, con destino en la S.E.A., contabilidad. Llegué a la base tras diez días de permiso de incorporación, en la noche del 31 de agosto de 2008, con el coche cargado hasta arriba y dispuesto a enfrentarme a una nueva realidad. Había estado en Jarandilla contigo, última parada antes de entrar por las puertas de la base, ubicada al lado de la antigua Nacional V, Madrid – Lisboa, en el kilómetro 386. Rebasé la puerta de control y me asignaron una habitación en el pabellón de Cabos primeros, la número 3. Desde aquí comienza una nueva historia, una nueva ciudad, un nuevo trabajo, ambiente, circunstancias, un nuevo paisaje, en la mañana del 1 de septiembre de 2008.

 

 

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